Este texto plantea que el avance de los conocimientos médicos, especialmente de las tecnologías aplicadas en medicina, la especialización médica y también factores económicos y sociales han llevado a la fragmentación del cuerpo del paciente y a la separación en el acto médico, de la enfermedad de la persona del enfermo (es decir, escisión) lo que ha conducido a la práctica de una medicina despersonalizada y deshumanizada. Explica la necesidad de que la medicina vea al paciente desde un punto de vista holístico, integrando todos los aspectos de la persona y que se coloque al ser humano en el centro del quehacer técnico.