Mucho tiempo ha estado madurando en nuestra mente la idea de este diccionario, específicamente ginecológico, como proyecto embrionario bibliográfico, sin poder llevarlo a cabo por la limitación de tiempo que comportaban las obligaciones docentes y el permanente trabajo profesional, que impedían culminarlo. Hemos tenido que esperar a la llegada del tiempo jubilar para que nos liberase de ese cerco y empezar seriamente a pensar sobre dicho proyecto y poder hacerlo realidad al cabo del tiempo.
Tras años de meditada espera, surgió la necesidad de encontrar la persona idónea para ayudarme en tan difícil empresa científico?cultural, y bien cierto es que la encontré en el Dr. Claudio Becerro de Bengoa, amigo entrañable, excelente colega de especialidad, y complemento ideal en las facetas culturales y humanísticas, con plena entrega al trabajo que nos habíamos impuesto, en el que ha mostrado su alta cualificación, confirmándome que no me equivoqué en la elección de colaborador.
Hemos formado, pues, un inigualable tándem de trabajo, desde nuestra honrosa e irrenunciable, condición de avanzados octogenarios, y, pese al lastre natural de los años, hemos sabido superarlo, para sacar adelante esta obra que, sin falso orgullo, se nos antoja original y quizá única.
Dos viejos ginecólogos españoles han pretendido, con este libro, rejuvenecer actuales y antiguos conceptos obstétrico?ginecológicos (algunos convertidos ya en hitos referenciales históricos, recordándolos en este siglo XXI), al tiempo que conservando los ya tradicionales y vigentes, que conforman entre todos la actual historiografía de nuestra especialidad.
En la audaz pretensión de elaborar una obra, que sea algo más que un diccionario médico, algunas definiciones las hemos acompañado –en el apartado de la diagnosis– de explicaciones técnicas de diferente orden: -Biofísicas- (radiológicas, ultrasonográficas, radionucleares), -Químicas-, -Hormonales-, -Inmunológicas-, etc. En otros casos, nos hemos permitido la licencia de crear algún neologismo, por ejemplo, los -Receptáculos genitales-, hoy sin acuñación oficial, pero con la esperanza de que algún día dejen de figurar como neologismo para convertirse en aceptado término.
Es obligado centrarse en el natural protagonismo que la palabra término tiene, a lo largo y ancho de las páginas de nuestro diccionario. Debiéramos recordar el concepto definitorio y conciso que nos dejó el notable historiador y lexicógrafo, J. M. López Piñero sobre la terminología médica: es el conjunto de vocablos utilizados por los profesionales de la salud en todo el mundo, tanto de forma oral como escrita-. Por nuestra parte, pensamos que en la palabra término médico, debiéramos apreciar la expresión de síntesis y comprensión del proceso fisiopatoclínico que debemos dotarle en cada caso, para que actúe ante el lector como llamativa pista de atención: y así le abra posteriores puertas al global conocimiento del tema interesado y buscado.
En algún caso de nuestros términos recogidos, no solo tienen un único sentido de definición, sino que, por su especial tipo de materia, nos obliga a extendernos, tratando de dotarles de un amplio acento pedagógico, lo que convierte al diccionario, no solo en mero libro de consulta -guiada-, sino en un diccionario médico un tanto enciclopédico, que trata de transformar algunas escuetas acepciones, en amplio comentario de clínica tocoginecológica.
A la paremiología del diccionario le aplicamos la licencia de no reducirla al sentido estricto de fuente de aforismos, sino que le hemos concedido otro tipo de licencia que la convierte en lugar de acogida a la Biografía histórica, a la anécdota, al pensamiento, a la cita mitológica y otras ocurrencias que entendemos proporcionan al conjunto de la obra, cierto sesgo cultural y ciertas dosis de amenidad, que estimamos confieren al diccionario una particular y especial originalidad. Este, en su línea monográfica tocoginecológica, no pierde un ápice de la misma cuando se enriquece con el influjo de disciplinas afines y complicidades fisiopatológicas con múltiples ramas de la Medicina. En esa necesaria simbiosis, ocupan lugar preferente: la Anatomía, Fisiología, Histología, Embriología, Genética, Teratología, Sexología, osteomiología, angiocardiología, endocrinología, dermatovenereología, neuropsicología, oculística, aparato digestivo, sistema urogenital, linfohematología, farmacopea, botánica, oncología y pediatría.
A este importante grupo de -disciplinas afines-, hemos añadido la humanística médica acogida con la paremiología, que nos habla de historias de la historia de la medicina, de biografías de personajes afines, de valores humanos femeninos, de urdimbres psicoafectivas entre la madre y el recién nacido, de deidades mitológicas legendarias, o de hagiografías obstétricas (nacimiento cesáreo posmortem de San Ramón Nonnato), etc. En definitiva, pretendemos que el diccionario llegue a ocupar un espacio -desocupado- en la actual lexicografía ginecológica.